sábado, 27 de abril de 2013

entre el silencio de un viaje...


Entre el silencio de un viaje, Metztitlán: El lugar de la Luna

 "Los hombres y las mujeres solemos tener nuestro jardín secreto, pero para los hidalguenses la barranca de Metztitlán  escondida tras sus cactáceas  es también una puerta de entrada al paraíso de botánica"
                                                                                            Elena Poniatowska
por:Jocelyn Gutierrez

 A raiz de la información y la hermosas regiones naturales que nos ofrece este precioso estado, decidí visitar Metztitlán ya que es la cabecera municipal y cuenta con construcciones coloniales que están dentro de la citada lista de los 100 monumentos más amenazados del mundo.

El poblado se localiza a 175 kilómetros de la Ciudad de México y 81 kilómetros de la ciudad de Pachuca rumbo a Tampico. Es una carretera con desesperantes curvas y un paisaje mezclado entre pinos en la parte más alta Real del Monte, continuando hacia Atotonilco el Grande, y hasta llegar al borde de la impresionante Barranca de Metztitlán, al terminar de bajar por la carretera, se llega puente “Venados” que atraviesa un río y a unos cuantos metros esta la desviación hacia Metztitlán. En el trayecto la flora cambia dejándonos apreciar biznagas, “viejitos”, órganos, nopales y demás cactáceas propias de la región, combinándose con vegetación un tanto tropical. Después de media hora más llegamos al pie de la colina de Metztitlán.

Los habitantes prehispánicos de este lugar adoraban a nuestro satélite natural y por eso mismo le dieron el nombre de “Lugar de la Luna”: Metztitlán, este lugar que la naturaleza dotó de belleza, la historia se encargó de hacerlo espectacular. Hoy en día, además de la inmensa Vega llena de vegetación, el insuperable paisaje y su preciosa laguna, existen cuatro conjuntos religiosos agustinos del siglo XVI, ubicados en diversos puntos de la pared montañosa.


  

                           un lugar conocido por muy pocos pero que ha sido declarado Reserva de la naturaleza


Cómo ya era hora de la comida me dirigí al parque de la plaza principal dónde me deleite con unos sabrosos “Tecocos”, mejor conocidos como tlacoyos, unas gorditas y algunos sopes, con el estómago satisfecho caminé hacia el convento de “Los Santos Reyes”. Al llegar al patio principal me percate de un silencio y quietud que invita a relajarse y que en mucho tiempo no había tenido, yo creo que por esa razón escogieron el lugar los Agustinos para instalar su convento. Esta arquitectura consta de un atrio enorme rodeado por almenas, la parroquia y el convento.



El camino nos lleva junto al pintoresco pueblo de Real del Monte, y continua a Huasca de Ocampo, Atotonilco el Grande, siempre siguiendo los señalamientos de Huejutla y Tampico, pasando el Río Venados y el puente del mismo nombre, está la desviación hacia la Vega de Metztitlán.
A pesar de estar en la sierra, de pronto el paisaje parece tropical; los cactus y la tierra seca y fría comienzan a cambiar por palmeras y toda una gran variedad de plantas de clima cálido. Un paraíso perdido en medio de montaña. Tras media hora más de camino se puede ver el final de la barranca, y ahí entre la montaña, dominando el paisaje, se levanta algo que parece un palacio y que no es otra cosa más que el Convento Agustino de los Santos Reyes.
Fiel al concepto de ecoturismo, es importante aclarar que Metztitlán es un lugar para ver, mucho más que para hacer cosas. El paisaje es el principal atractivo, así como el contacto con la naturaleza y la apreciación de especies animales y vegetales.

ya en el convento destacan los vitrales, los frescos y el retablo barroco detrás del altar. Junto al templo está el patio claustral, donde vivían los monjes; ahí podemos internarnos a través de pasillos obscuros y misteriosos para explorar, llegar a la parte del coro e incluso encontrar las escaleras que llevan al techo y al campanario. ¿Cuántas veces hemos estado en el techo de un convento, parados junto a las campanas? Desde ahí se domina todo el paisaje y es inevitable el sentimiento de libertad.
Otro de los conjuntos religiosos se encuentra en el mismo pueblo, La Comunidad, lo que hoy es la cárcel está en lo que era el convento original del pueblo, mucho más pequeño, pero con claustro y templo, por lo que se puede considerar convento; aparentemente atacado muy seguido por inundaciones, razón por la cual se construyó el de la montaña; aunque más pequeño, guarda características similares con el de los Santos Reyes.
Otro atractivo arquitectónico es el edificio conocido como la Tercena, ejemplo de la mejor arquitectura civil del siglo XVI.



edificio conocido como la Tercena, ejemplo de la mejor arquitectura civil del siglo XVI.


 Invita a relajarse y que en mucho tiempo no había tenido, yo creo que por esa razón escogieron el lugar los Agustinos para instalar su convento. Esta construcción consta de un atrio enorme rodeado por almenas, la parroquia y el convento. Su construcción data entre 1553 y 1569, se destaca la portada principal de la iglesia de estilo plateresco, de origen español dentro de la corriente renacentista y que fue muy utilizada por los agustinos en la construcción de sus conventos.
Al regreso a la plaza principal, a unos cuantos metros del ex-convento me tope con una construcción llamada “La Tercena”, es una construcción civil de las más antiguas que existen actualmente. Su construcción se realizó entre 1537 y 1540, pudo haberse utilizado para la recaudación de diezmos y tributos y hasta como almacén.
No pude acceder pues se encuentra en proceso de restauración ya que al igual que el Convento de la Compañía y el de los Santo Reyes se encuentran en un programa de restauración que durante dos años tendrá la intervención de la World Monuments Found por estar inscritos en la lista de los cien monumentos más amenazados del mundo.
                        

                  la Vega en medio de un paisaje que parece no tener fin y no llevar a ningún lado


Seguimos por el mismo camino, nos alejamos de la Vega en medio de un paisaje que parece no tener fin y no llevar a ningún lado; pasamos por un puente buscando las indicaciones de San Cristóbal, donde además de un convento menor, comienza una accidentada pero segura brecha, pegada a la escarpada montaña que finalmente nos conducirá a la escondida Laguna de Metztitlán; perfecto lugar para acampar y practicar pesca deportiva o simplemente deleitarse con la maravilla de la naturaleza. Esta laguna se formó hace miles de años, cuando el temblor del que hablamos al principio destruyó la montaña y desvió el curso del río.

Su accidentada geografía fue seguramente lo que provocó que muchas especies quedaran protegidas en la Vega, al grado de que hoy en día es hogar de 93 tipos de aves, 16 de mamíferos y varias especies de peces. En la laguna de Metztitlán habita el achequiliche, ave acuática única en su género. La fauna también hace su aparición, ya que se han registrado 11 variedades de agave, 12 de yerbas y más de 60 especies de plantas desérticas, algunas endémicas (exclusivas) de la zona.
   

                          su biodiversidad con buen grado de conservación, su alto nivel de endemismo

La Reserva de la Biosfera Barranca de Metztitlán se localiza al centro este del Estado de Hidalgo, incluye los municipios de: 

Acatlán
Atotonilco el Grande
Eloxochitlán, Huasca de Ocampo
Metepec, Metztitlán
San Agustín Metzquititlán
Zacualtipán de Ángeles  

Se ubica en la región hidrológica número 26 del río Pánuco, presenta gradientes latitudinales que van desde los 1,000 hasta los 2,000 metros y es hábitat de un conjunto de ecosistemas frágiles de zonas áridas que contienen una gran riqueza en flora y fauna silvestre de importancia biológica, científica, económica, social y cultural.
La fauna se encuentra representada por diferentes especies de mamíferos, aves, reptiles y anfibios, en este último grupo, la mayoría endémicos de México.



           La presencia de ecosistemas acuáticos; todo esto aunado a la gran riqueza cultural por la existencia de construcciones históricas.







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